No se puede ser agradecido sin poseer un pasado. Esa es la razón por la que los niños son incapaces de sentir gratitud, y por la que las oraciones nocturnas y las plegarias antes de las comidas no tienen sentido para ellos. "engullo a mami, engullo al abu...". George devora su comida a toda velocidad. No tiene punto de referencia. Mientras yo envejezco, el pasado se ensancha y acumula, la tierra no es tierra, sino terreno fangoso, como en un río, y como resultado lo que tengo son áreas de gratitud mejor demarcadas. Cosas como un helado o un paisaje o un buen beso se vuelven objeto de un enorme y sentido agradecimiento. Nada es engullido. Esa es una señal de que se envejece.
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