7.04.2012

Consensos y Washington

Dado que el mundo árabe no podía ser conquistado en su totalidad de una sola vez, un país tendría que hacer las veces de catalizador. Estados Unidos invadiría ese país y lo convertiría, como dijo Thomas Friedman (el principal proselitista de la teoría en los medios), en "un modelo distinto en el mismo centro del mundo árabe-musulmán", un modelo que, a su vez, pondría en marcha una serie de movimientos democráticos-neoliberales en toda la región. Joshua Muravchik, experto del American Enterprise Institute, predijo un "tsunami en el mundo islámico", empezando por "Teherán y Bagdad", mientras que el archi-conservador Michael Ledeen, consejero en la administración Bush, describió el objetivo como "una guerra para rehacer el mundo".

La idea de que no participar en el Consenso de Washington podía ser suficiente para provocar una invasión extranjera puede parecer descabellada, pero existía un precedente. Cuando la OTAN bombardeó Belgrado, en 1999, la razón oficial esgrimida fueron las horribles violaciones de los derechos humanos por parte de Slobodan Milosevic. Sin embargo, en una revelación de la que apenas se ha hablado, varios años después de la guerra del Kosovo, Strobe Talbott (subsecretario de Estado con Clinton y principal negociador de Estados Unidos durante la guerra) aportó una explicación mucho menos idealista. "Mientras las naciones de la región intentaban reformar sus economías, mitigar las tensiones étnicas y ampliar la sociedad civil, Belgrado parecía deleitarse en ir continuamente en la dirección opuesta. No es de extrañar que la OTAN y Yugoslavia terminasen enfrentadas. La resistencia de Yugoslavia a los términos más amplios de la reforma política y económica, no la difícil situación de los albano-kosovares, es lo que mejor explica la guerra de la OTAN". La revelación apareció en un libro publicado en 2005, collision Course: NATO, Russia, and Kosovo, de John Notris, antiguo director de comunicaciones de Talbott.

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