En las rocas del mar
en los huecos de las piedras
al filo de la marea
en aguas espesas, como la ceguera
las estrellas se deslizan
como esponjas
como miles de dedos.
Yo lo sabía, y lo que quería
era poder retirar mis manos.
del agua - lo que quería
era estar dispuesta
a temer.
Pero me quedé ahí,
agazapada en el muro de piedra
mientras el mar derramaba su canción áspera
a través de sus canales
mientras esperaba la luz poderosa
de su roce, mientras miraba fijamente
el fluir de la marea
donde a veces podía verlas -
su carne obstinada
reposando entre mis manos.
¿Qué hay de bueno en estar
echada todo el día al sol
amando lo que es fácil?
Nunca fue fácil pero
al final pude estar en paz:
todo el verano
mi miedo fue cediendo
mientras ellas brotaban en el agua
como flores, como la brizna
de un sueño incierto,
mientras reposaba sobre las rocas, alcancé
algo en la oscuridad, aprendí
poco a poco a amar
el único mundo que tenemos.
.
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