7.06.2014

Las Palmeras Salvajes

- Todavía tienes miedo.
- Sí. Y no por cuestión de dinero. Al demonio con el dinero. Puedo ganar todo el dinero necesario; no hay límites, ciertamente, a lo que puedo inventar sobre el tema de las desdichas del sexo femenino. No es eso, ni tampoco Utah. Somos nosotros. Es el amor, si quieres. Porque no puede durar. No hay lugar para él en el mundo, ni siquiera en Utah. Lo hemos eliminado. Nos ha tomado largo tiempo, pero el hombre es ilimitado en invenciones, y nos hemos librado del amor como nos hemos librado de Cristo. Tenemos la radio en lugar de la voz de Dios y en vez de ahorrar valor emotivo por meses y años para merecer una oportunidad de gastarlo entero por amor, lo subdividimos en cobres y nos excitamos en cualquier quiosco de periódicos, como quien extrae barritas de chicle o de chocolate de las máquinas automáticas. Si volviera Jesús lo crucificaríamos en seguida en defensa propia, para justificar y preservar la civilización que hemos trabajado y sufrido y matado gritando y maldiciendo con rabia e impotencia y terror por dos mil años para crearla y perfeccionarla a imagen y semejanza del hombre; si volviera Venus sería un hombre que se masturba en una letrina de subterráneo mirando tarjetas postales francesas....


(Traducido por Borges)

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