10.15.2012

La ola Capital

En cierto modo, el segundo tsunami fue sólo una dosis especialmente vergonzosa de la terapia del shock económico debido a que la tormenta hizo un eficaz trabajo despejando la playa, el proceso de desplazamiento y gentrificación que normalmente se extendería durante años se llevó a cabo en cuestión de días o semanas. Lo que parecía eran cientos de miles de pobres, gente de piel morena (el Banco Mundial estimaba que los pescadores era gente "improductiva") que estaba siendo trasladada en contra de sus deseos para hacer espacio a los ultra ricos, la mayoría de piel clara (los turistas de "alto rendimiento").

En Tailandia, en las primeras veinticuatro horas después de la ola, los promotores inmobiliarios enviaron guardias de seguridad privada armados para cercar los terrenos codiciados por los complejos turísticos. En algunos casos, los guardias ni siquiera permitieron a los supervivientes buscar en sus propiedades los cuerpos de sus hijos. El grupo Thailand Tsunami Survivors and Supporters fue apresuradamente convocado para abordar la expropiación de la tierra. En uno de sus primeros comunicados declararon que para "los políticos y hombres de negocios, el tsunami fue la respuesta a sus rezos, puesto que éste había limpiado las áreas costeras de comunidades que previamente habían sido un obstáculo para sus planes de complejos turísticos, hoteles, casinos y sus criaderos de gambas. Para ellos, todas estas áreas costeras son ahora tierra abierta".

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