3.11.2011

La ironía, la burla y el chisme

La fotografía se considera un lujo, en primer lugar, porque el ethos campesino aprueba los gastos destinados a la ampliación del patrimonio o la modernización de las herramientas antes que al consumo. Es que, en general, todo gasto que no está sancionado por la tradición se considera despilfarro. Pero hay más: la innovación es siempre sospechosa a los ojos del grupo, y no solamente en sí misma, es decir, en cuanto pone en entredicho la tradición. Se tiende a ver en ella la expresión de una voluntad de distinguirse, de singularizarse, de deslumbrar y de humillar a los otros. Atenta contra el principio que domina toda la existencia social y que no tiene nada que ver con el igualitarismo. De hecho, la ironía, la burla y el chisme tienen por función llamar al orden, es decir, a la conformidad y la uniformidad a aquel que, por su conducta innovadora, parece dar una lección o lanzar un desafío a toda la comunidad. Más allá de cuál sea su intención, siempre resultará sospechosa. Invocando la experiencia pasada y tomando a todos los otros como testigos, se negará que la innovación introducida responde a una necesidad real, por lo que sólo puede ser ostentosa.

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